La importancia del buen cepillado

En primer lugar sirve para mejorar el aliento, ya que las bacterias de la boca descomponen los restos de comida. En segundo lugar, porque el cepillado evita la aparición de caries y que los dientes se pudran, lo que ocasiona la pérdida de las piezas y el dolor agudo que no nos deja llevar una vida agradable.

Por eso cepillarse los dientes con regularidad es muy importante, ya que la placa bacteriana está constantemente formándose y tan sólo podemos eliminarla una y otra vez con el cepillado continuo. Así podremos evitar su efecto nocivo.

Pero no es solo importante lavarse los dientes después de cada comida, sino también la forma de hacerlo. Si el cepillado no es correcto, no cumple su objetivo y lo que es peor, nos dañará los dientes además de irritar las encías.

El cepillado debe hacerse 30 minutos después de la comida como máximo, ya que después las bacterias ya habrán realizado su destructiva labor, que es desgastar el esmalte y la creación de la propia placa bacteriana.

¿Cuáles son las claves de un buen cepillado de dientes?

Es muy importante que reemplacemos el cepillo de dientes con cierta periodicidad. Lo normal es cambiarlo cada 2 ó 3 meses, o cuando estén desgastados los filamentos, para mantener su eficacia de limpieza.

El tamaño del cepillo debe de estar en función de la edad de la persona. No podemos pretender que un niño se cepille los dientes con un cepillo de adulto. El mango del cepillo debe de ser ergonómico para facilitar el movimiento de cepillado y poder tener un mayor control sobre él. Además debemos tener en cuenta que los filamentos deben ser redondeados y texturizados para garantizar que el cepillado sea suave para que no dañe las encías.

Algunos os estaréis preguntando si es mejor el cepillo manual o el eléctrico, pues os podemos decir que no hay ningún estudio concluyente en ninguna de las dos direcciones, y la elección de uno u otro tipo de cepillo dependerá más de las preferencias del paciente. Un cepillado eléctrico con una buena técnica es tan efectivo como uno con cepillo manual y lo único que aporta el segundo es cierta comodidad al no tener que realizar el movimiento de manera manual, por lo que el eléctrico puede ayudar a quienes no tengan la destreza necesaria para una buena técnica. Usemos uno u otro, la presión al realizar el cepillado tiene que ser adecuada, suave, igual que el tiempo de cepillado y el movimiento a realizar.

El cepillado y los niños

Siendo realistas, en nuestra sociedad, evitar por completo el consumo de dulces y golosinas en los niños a veces no es posible. Por ello, debemos centrar nuestros esfuerzos en intentar que los coman todos juntos, de una vez, en un momento concreto, no de forma continua a lo largo de todo del día. Muy importante inculcarles el hábito de cepillarse los dientes después de comerlos y transmitirles las normas básicas del cepillado.

Como es el cepillarse los dientes después de cada comida y siempre antes de acostarse, que un cepillado dental correcto debe durar al menos dos minutos. Insistirle en que hay que cepillar todos los dientes, sin olvidarse de ninguno y de esta manera:

-Seguir siempre el mismo orden

-Cepilla la superficies de las muelas con movimientos de delante hacia atrás.

-Cepilla la parte interna de los dientes, comenzando por la zona más cercana a la encía.

-De abajo hacia arriba cuando cepillemos la arcada superior y de abajo a arriba cuando cepillemos la inferior.

-Cepilla las superficies internas de los dientes, que es donde más se acumula la placa.

Y por último, hay que cepillar la lengua, el paladar y la superficie interna de las mejillas.

Recuerda que hasta los ocho años el niño no tiene la habilidad motora suficiente para hacer un cepillado efectivo, con lo que hasta ese momento, somos los adultos quien debemos realizar esa labor. Aunque durante ese periodo hay que dejarles que lo vayan haciendo poco a poco, siempre con nuestra vigilancia, para que por sí solos vayan adquiriendo su independencia

En los niños mayores y hasta la adolescencia, no debemos dejar de seguir supervisando el cepillado, sobre todo el nocturno y asegurarnos que lo han hecho bien.

No te olvides que el cepillado dental en los niños pequeños lo realizamos para proteger sus dientes de leche, pero también para crear unos buenos hábitos que mantenga el resto de su vida.

Estos consejos son suficientes para tomar consciencia de la importancia del cepillado. No cuesta mucho dinero, mejora la salud, la imagen, y en cuanto se hace por un tiempo, la rutina hace que cueste menos y se haga de manera habitual casi sin darnos cuenta. Y no hay que olvidarse de prestar atención al cepillo que usamos para nuestra higiene bucal porque es la clave para conseguir una limpieza adecuada.